CATAMARCA: EL NAUFRAGIO INSTITUCIONAL DE JALIL, LOS PREMIOS DE MERA Y EL “PUNTO ÍNDICE” DE PAULÓN
Entre cargos reciclados y sueldos millonarios, el Gobierno se hunde en sus propios caprichos.
En un nuevo episodio de lo que ya parece una tragicomedia institucional, el Gobierno de Raúl Jalil sorprendió –aunque ya cuesta llamarlo sorpresa– al designar por decreto a Dalmacio Enrique Mera como nuevo Defensor del Pueblo de la provincia. Sí, el mismo Dalmacio Mera que como ministro de Educación logró lo impensado: unificar a la docencia catamarqueña en su repudio generalizado y absoluto a su gestión. Al parecer, en el ajedrez del oficialismo, los peones caen, pero los alfiles inútiles siempre encuentran un nuevo tablero donde seguir cobrando.
La designación fue remitida a la Cámara de Senadores, generando un inmediato y furioso rechazo en los bloques opositores, que ya trabajan en acciones judiciales para frenar lo que califican como una maniobra inconstitucional. La UCR, en particular, no ahorró críticas y denunció que el Ejecutivo modificó de manera arbitraria la Ley N.º 5337, que regula la Defensoría del Pueblo, eliminando el rol de la Comisión Bicameral Permanente como órgano de designación. Ahora la Comisión apenas sirve para tomar café y “mantener relaciones institucionales”, mientras el Gobernador reparte cargos como si fueran confites de una piñata.
EL CLUB DEL PUNTO ÍNDICE
Pero Mera no es el único beneficiado de este nuevo modelo de meritocracia invertida. Roxana Paulón, exintendenta de Fiambalá y con una reputación más turbia que el Río Abaucán en la peor crecida, también se encuentra entre los premiados con sueldos astronómicos y cargos sin responsabilidades claras. Ambos, tanto Mera como Paulón, parecen haber encontrado en el famoso “punto índice” la fórmula mágica para vivir del Estado sin rendir cuentas, ni mostrar resultados. ¡Quién pudiera!
Y es que, a estas alturas, en Catamarca los cargos públicos se reparten con una lógica muy simple: si te va mal, te ascendemos; si te repudian, te premiamos. La ineficiencia no sólo no se castiga, sino que se cotiza. Y en dólares, si es posible.
Fuente: Multimedios Abaucan