GUERRA COMERCIAL: ESTRATEGIA DEL GOBIERNO NACIONAL
La tensión entre las dos principales potencias mundiales impacta de lleno en la política exterior y económica argentina. El swap con China, la continuidad del proyecto Atucha III y las represas en Santa Cruz están en el centro del tablero.
La guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China, con aranceles recíprocos que ya superan el 140%, posicionó a la Argentina como un actor clave en medio de las tensiones globales. En este escenario, el Gobierno nacional enfrenta definiciones trascendentales en su vínculo con Beijing, tras haber renovado el swap de monedas que resultó crucial para reforzar las reservas del Banco Central.
Durante su reciente visita a Buenos Aires, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, trasladó a la administración de Javier Milei una doble exigencia: eliminar progresivamente ese financiamiento y frenar la creciente influencia china en América Latina. Por su parte, el Gobierno chino reivindicó el rol del swap como herramienta para estabilizar la economía argentina y facilitar el acuerdo con el FMI.
Si bien las autoridades asiáticas no lo manifestaron de forma explícita, en Beijing existe interés por avanzar en al menos dos proyectos estratégicos ya firmados en gobiernos anteriores: la construcción de la cuarta central nuclear, Atucha III, y la reactivación de las represas de Santa Cruz, detenidas desde diciembre de 2023.
Desde su asunción, el presidente Milei expresó su alineamiento con Estados Unidos, con fuertes declaraciones críticas hacia el régimen chino. Sin embargo, a nivel diplomático, hubo señales de acercamiento. En noviembre de 2024, Milei mantuvo un encuentro bilateral con Xi Jinping en el marco del 50° aniversario de relaciones bilaterales, apostando a reencauzar un vínculo que ofrece oportunidades para ambas economías.
Atucha III: un contrato que expira
Uno de los puntos más sensibles es el contrato firmado entre Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) y la Corporación Nuclear China para la construcción de Atucha III. Este acuerdo, vinculado a la adhesión argentina a la “Ruta de la Seda”, contemplaba una inversión de más de 8.000 millones de dólares, así como la provisión de tecnología por parte de China.
En el último informe presentado por la Jefatura de Gabinete al Congreso, se confirmó que no hubo avances ni físicos ni financieros en el proyecto. El contrato, que fue prorrogado, vence el próximo 30 de abril. Se trata de un compromiso sujeto a “condiciones suspensivas de efectivización”, es decir, cláusulas que debían cumplirse para su puesta en marcha en un plazo estimado de 99 meses.
La decisión de avanzar con la privatización parcial de NA-SA, prevista en la Ley Bases, y el nombramiento de Demian Reidel como titular de la empresa estatal, fueron interpretados por referentes del sector como señales de un posible rechazo definitivo al acuerdo con China.
Represas en Santa Cruz: obras detenidas y negociaciones pendientes
Otro punto de fricción en la relación bilateral son las represas sobre el río Santa Cruz. Las obras de las centrales Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, que debían concluir este año, están paralizadas desde noviembre del año pasado, tras la asunción del nuevo gobierno.
Según el informe oficial, la represa Cepernic presenta un avance del 46% y la Kirchner, apenas un 19%. El contratista, de origen chino, suspendió los trabajos de forma unilateral, lo que generó una controversia con aristas técnicas, legales y económicas.
El Ejecutivo confirmó que mantiene gestiones para resolver el conflicto. En ese sentido, se realizaron reuniones entre funcionarios nacionales, representantes diplomáticos chinos y ejecutivos del contratista en los meses de febrero y marzo. Sin embargo, aún no se alcanzó un acuerdo definitivo para retomar las obras ni para destrabar el desembolso de unos 500 millones de dólares comprometidos en la llamada “adenda XII”.
Una relación estratégica con desafíos
El vínculo con China se encuentra en una etapa de redefinición. El Gobierno argentino elevó el estatus de la relación a “Asociación Estratégica” y reafirmó su intención de aumentar y diversificar las exportaciones a ese destino.
El informe de la Jefatura de Gabinete también recordó el encuentro entre la ex canciller Diana Mondino y su par chino, Wang Yi, en septiembre de 2024. Allí se destacó la vigencia de la “Asociación Estratégica Integral” desde 2014 y se agradeció el respaldo histórico de China a la posición argentina en la cuestión Malvinas. Asimismo, el país ratificó su adhesión al “Principio de Una Sola China”.
Con múltiples frentes abiertos, la Casa Rosada deberá decidir hasta dónde llegará su alineamiento con Washington, sin dinamitar el vínculo con Beijing, clave para el financiamiento, la infraestructura y la estabilidad económica.